Las expectativas de inflación y la revisión de la estrategia

¿Qué significa «precios estables»?

Nuestra función es mantener los precios estables. Para ello aseguramos que la inflación —la tasa de variación de los precios generales de los bienes y servicios a lo largo del tiempo— sea baja, estable y predecible.

Nuestro objetivo de inflación es del 2 % a medio plazo. Las subidas de los precios deben ser lo suficientemente pequeñas como para no crear problemas a las personas y a las empresas, pero lo suficientemente elevadas como para evitar los escenarios adversos que podrían surgir si la inflación cayera a un nivel demasiado bajo.

Nuestro compromiso con este objetivo es simétrico, lo que significa que consideramos que una inflación demasiado baja es tan perjudicial como una inflación demasiado alta. Ambas son igual de indeseables.

Las expectativas de las personas son importantes

El nivel de inflación que se registra hoy puede influir en las expectativas de las personas sobre la evolución de los precios en el futuro. Si los empresarios y los consumidores se acostumbran a que la inflación sea muy reducida o excesivamente elevada, esperarán que permanezca en ese nivel. Estas expectativas son importantes, pues son la base de las decisiones de gasto, endeudamiento e inversión de las personas. Las empresas también tienen en cuenta estas expectativas cuando fijan los precios de sus bienes y servicios.

Si las expectativas se alejan del objetivo de inflación del banco central, a este puede resultarle difícil reconducir la evolución efectiva de los precios hacia ese objetivo. El banco central puede ayudar a evitar que las personas se formen tales expectativas fijando un objetivo claro y manteniendo la inflación en niveles próximos a él. Por ello, el Consejo de Gobierno ha incluido las expectativas de inflación en la revisión de la estrategia.

Personas diferentes con expectativas distintas

Los cambios que experimentan los precios no dependen solo de las incontables decisiones que las empresas y las personas toman en la economía cada día, sino también de cómo esperan que evolucionen los precios en el futuro. Pero los diferentes grupos de personas, ya sean expertos que operan en los mercados financieros, empresarios o ciudadanos, pueden tener expectativas de inflación distintas.

En el pasado, los bancos centrales solían tomar decisiones basándose en las expectativas de inflación de los participantes en los mercados, así como de los expertos que respondían a encuestas especiales. Se centraban en estos grupos, entre otros motivos, porque era fácil conocer sus expectativas. No había tanta información fiable sobre la forma en que las empresas y las personas esperaban que los precios evolucionaran en el futuro.

Nos importan las expectativas de inflación de todos

Pero nos importan las expectativas de inflación de todos. Por esta razón, los bancos centrales estamos dedicando grandes esfuerzos a conocer mejor las expectativas de estos otros grupos sobre la evolución de los precios. Ello nos ayuda a tomar decisiones más informadas. En el BCE, por ejemplo, estamos realizando una nueva encuesta en la que pedimos a las personas su opinión sobre la inflación y otras áreas de la economía. Utilizamos esta información para nuestro análisis y, en última instancia, para nuestras actuaciones.

Es fácil de entender

Nuestro nuevo objetivo de inflación del 2 % es simple, claro y fácil de comunicar. Los ciudadanos lo entienden. Ello nos servirá para asegurar que las expectativas de los ciudadanos sobre la evolución futura de los precios en la economía sean acordes con nuestro objetivo de inflación, lo que, a su vez, nos ayuda a mantener los precios estables.